23 jun 2009

un abuelo de primera

a Fernando Santiago, aspirante a comunicador, y a tantos radicales con pluma...

… se acababan los 70 y pocas cosas alegraban más a este crío que la novedad que suponía la llegada de sus abuelos para pasar unos días en el “pueblo”. Ciertas circunstancias (que no vienen al caso) me impedían disfrutar de ellos con la frecuencia y el tiempo que ansiaba así que la llegada era motivo de felicidad, … suponía paseos por la calle Larga, churros en la Vega, tertulias (siempre detrás de los mayores) en el Bar Corredera, tomar una coca cola “natural” fuera de horas… poder presumir de abuelos por las calles de mi pueblo, si, mi pueblo.

“Lo más” de esos días, lo recuerdo en blanco y negro, llegando al lado de mi viejo gaditano al Estadio Domecq (aunque yo siempre lo llamé campo de futbol) y todo el ritual que suponía comprar cacahuetes junto al solar del antiguo cementerio donde, casualidades del destino, hoy tengo mi vivienda; comprar las entradas en un estrecho ventanuco y entrar por una minúscula puerta que daba a la tribuna del campo donde mi abuelo me enseñó muchas cosas, entre otras a ser xerecista.

El no necesitó de foreros camuflados , de aspirantes a polítiquillos, de peñas manipuladas, de capitanes localistas, de ayuntamientos oportunistas ni de diputados de segunda…
Mi abuelo gaditano-cadista me hizo comprender lo que es el deporte y la deportividad, me enseñó a apoyar a mi equipo sin importar la categoría donde jugara, mi abuelo gaditano-cadista me inculcó el respeto por el adversario, la medio sonrisa con un 0-1 y el júbilo con el 2-1, me explicaba lo que era el outsider y por qué se le llamaba mister al entrenador, mi abuelo gaditano-cadista me mostró lo fácil que es ponerse una bufanda azul siendo él amarillo, mi abuelo me enseñó que también era posible ser abuelo gaditano-xerecista.

Un día se marchó sin que me diera tiempo de agradecerle su pasión por el futbol y por la vida, por hacerme descubrir al equipo de mi pueblo, por enseñarme a soñar en azul y al mismo tiempo poder ir al estadio del equipo rival, sentarme en una butaca amarilla, y disfrutar de ello. No me dio tiempo agradecerle el darme la oportunidad de conocer “al Peña dando volteretas en Domecq” y “al Macarti haciéndonos reír en Carranza”. Mi abuelo me enseñó que Jerez no tiene fronteras ni Cádiz puente que lo encierre.

A veces pienso que mi abuelo se fue demasiado pronto, otras veces me alegro de ello, se que donde esté tendrá una copa de Jerez junto a su Diario de Cádiz (evitará leer a pseudo columnistas) y disfrutará sintiéndose amarillo y azul a la vez.

Tu si que eres un abuelo de primera!

14 comentarios:

  1. Muy bonito, ojala todo el mundo pensara igual.

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  2. Qué bonito!. Todo un ejemplo a seguir por los xerecistas que tiran por tierra al Cádiz y viceversa.

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  3. gracias tank, tu sabes lo que es ser azul en tierra amarilla. que le sirva de ejemplo a tus alumnos y seguro que acabaremos con el fundamentalismo cateto de muchos...
    pomireusté

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  4. ¡Si señor, esto sí que es deportividad!
    Bendito sea tu abuelo.

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  5. Esa es la grandeza de un gran Gaditano que amaba a Cadiz y toda su provincia.

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  6. Yo tambien fui a Jerez a ver al que era hoy el Xerez, C.F. de la mano del Abuelo,...Me emociono al recordarlo....que boina y que Breva de Alvaro,...!!! Tu primo Eduardo

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  7. Realmente emocionante su escrito,lleno de dulzura y respeto, algo que el tal Fernando Santiago "aspirante a comunicador", carece de ello.
    Le acaba de dar usted una magistral lecciòn de humildad y saber estar.
    Le felicito.

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  8. po qué quiere usté que mire, 27 años despues ?
    ...todo eso has llevado dentro todo este tiempo ??

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  9. Me ha encantado, precioso, po mire usté.

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  10. Salud, po mire usté!:
    Y muchas gracias por compartir algo tan hermoso.
    Solo desearle que, ojalá, tenga tantos comentarios esta entrada como "la otra".

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  11. No cabe duda que es una gran lección para aprender que lo importante es "participar".

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  12. ¡Qué arte tienes primo!
    Doy fé de la grandeza que tenía esa gran persona que era nuestro abuelo y comparto contigo la tristeza de que se nos marchara tan pronto.
    Todavía recuerdo sus palabras diciéndome..."yo voy a i a hablá con gente que conozco de Jeré pa ve eso de aprendé a toreá" y mientras, en el pasillo de Enrique de las Marinas, tonteaba yo con la rebequita y el palito mareando un toro imaginario.
    Un abrazo primo!
    Carlos

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  13. Anónimo7/7/09 00:13

    Felicidades por esa pedazo de carta y por ponernos la piel de gallina y recordar un día mas, que mi abuelo, nuestro abuelo, era y es el mejor del mundo, y que a pesar de lo pronto que no dejó, desde Allí, nos manda churros, de la c/ Veedor, y tortas de almendras y bollitos de leche, y pan los dias de huelga, y tantas y tantas cosas que hace que cada uno de sus nietos,a día de hoy lo sigamos teniendo presente. Un beso primo Pili.

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